Morón fue la sede de uno de los momentos más significativos del año: la despedida final de Roberto Sabo, el kiosquero asesinado de Ramos Mejía. Cientos de personas acompañaron a la familia en este difícil paso que se debe dar para comenzar a sanar el dolor.

El kiosquero, que tuvo su último adiós público en Morón, fue asesinado en Ramos Mejía a plena luz del día. La inseguridad, cada vez más descontrolada en el área, ya era un tema que venía angustiando a los vecinos. Este hecho terminó de colapsar la paciencia de las personas, en un clima político y social de por sí alterado.

Leandro Daniel Suárez quedó en la historia por ser un hombre que cumplió una condena de 6 años, solo para salir y volver a delinquir al año siguiente. La ineficacia del sistema penitenciario se pone de relieve ante estos datos: es muy común que una persona que sale de la cárcel vuelva a reincidir en sus crímenes. Morón, La Matanza, Moreno, y otros partidos del oeste saben de esta realidad.

Es más que claro que el sistema debe cambiar, y volverse más efectivo a la hora de reinsertar a los presos en la sociedad. Proyectos de este tipo no le sirven de nada a la familia de Sabo, que no ocultó su angustia en Morón, pero para evitar estos casos, hay que actuar de una vez.